El alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, fue brutalmente asesinado y decapitado este domingo, tan solo siete días después de haber asumido el cargo como presidente municipal. Su cuerpo fue hallado en una camioneta en la colonia Villas del Roble, al oriente de la capital de Guerrero. La cabeza del alcalde fue dejada sobre el toldo de una camioneta Volkswagen blanca, mientras que el resto de su cuerpo yacía entre los asientos del vehículo.
El macabro hallazgo ocurrió cerca de las 5 de la tarde, cuando la camioneta fue abandonada en la calle principal de la colonia, en las cercanías de la carretera hacia Tixtla. Elementos de la Policía Estatal acudieron al lugar y, tras confirmar la identidad del cuerpo, acordonaron la zona. Peritos de la Fiscalía General del Estado (FGE) realizaron las investigaciones correspondientes, aunque hasta el momento no se sabe cómo fue secuestrado el alcalde, a pesar de contar con seguridad.
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Este asesinato se suma a una ola de violencia que ha golpeado a los funcionarios de Chilpancingo. El 27 de septiembre, Ulises "N", quien sería el secretario de Seguridad Pública del municipio, fue asesinado junto a su esposa en el Libramiento a Tixtla. Posteriormente, el 3 de octubre, el secretario general del Ayuntamiento, Francisco Gonzalo Tapia, fue abatido a tiros en el centro de la ciudad.
Este trágico asesinato refleja la escalada de violencia en la región y deja muchas preguntas sobre la seguridad y la vulnerabilidad de los funcionarios locales.
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